24 de Marzo: Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia.
En esa fecha de 1976 se produjo en la Argentina el último golpe cívico militar. Debemos mantener viva la memoria para comprender las causas y las consecuencias sociales, políticas y económicas de esta, ya que es importante conocer la historia para entender el presente, ya que muchas de las cuestiones que hoy suceden en nuestra patria y en América Latina, tienen que ver con esa génesis, recordemos que en esa década, la mayoría de los países de América Latina padecía dictaduras. El IDRAF (Instituto de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar), del Gobierno del Pueblo de la Provincia del Chaco, comparte estas reflexiones sobre el 24 de Marzo de 1976.
El 24 de marzo de 1976, en la Argentina hubo un golpe de Estado que tomó el gobierno por la fuerza e instauró una dictadura cívico militar que duró hasta 1983. Durante la dictadura, las juntas militares y sus cómplices civiles que ejercieron el gobierno de facto y tomaron medidas políticas, económicas, sociales y culturales que afectaron a nuestra sociedad, con consecuencias que perduraron en el tiempo. Se dejó de lado la vigencia de la Constitución nacional y las instituciones de la democracia, se violaron sistemáticamente los derechos de los ciudadanos y se instauró el Estatuto del Proceso de Reorganización Nacional. Las Fuerzas Armadas, con la complicidad civil de los sectores de la derecha vernácula, derrocaron a la presidenta María Estela Martínez de Perón, disolvieron el Congreso Nacional, prohibieron los partidos políticos y destituyeron a la Corte Suprema. La dictadura ejerció el terrorismo de Estado a través de la represión, la persecución, los asesinatos, la desaparición de personas y la apropiación de menores, generando miedo, aislamiento y control de la población, con complicidades de ciertos sectores de las cúpulas eclesiasticas. El blanco predilecto de la dictadura fueron los militantes políticos de diversas organizaciones populares, los trabajadores, los estudiantes y campesinos, instaurando un modelo económico, político y social que destruyó la industria nacional, extranjerizó la economía, aumentó la deuda externa y se favoreció la especulación financiera de los grupos que sostenían la dictadura.
En ese marco, se intervinieron los sindicatos y se suspendieron los derechos básicos de los trabajadores y las organizaciones sociales, entre ellas los movimientos campesinos y las cooperativas, se controló la producción a través de métodos extorsivos y extranjerizantes y con la complicidad de los grandes grupos económicos concentrados, en este sentido el papel de organizaciones patronales agrarias como la Sodiedad Rural Argentina, fue premeditado, la persecusión, encarcelamiento y muerte de los dirigentes agrarios del movimiento campesino, en Formosa, Misiones, Chaco, Corrientes, Santiago del Estero, Norte de Santa Fé, -por mencionar las provincias del NEA-, así lo demuestran, la historia de luchas y resistencias de las Ligas Agrarias en Chaco y Corrientes, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero, el Movimiento Agrario Misionero, el Movimiento Agrario Formoseño, y otras organizaciones. Estas luchas están en la memoria colectiva del pueblo, pero en particular del movimiento campesino, el de la Agricultura Familiar hoy acechada por el retorno de las políticas de concentración de la riqueza y la tierra, por el liberalismo vigente en las políticas presentes en varios países de nuestra América Latina, no es casualidad que por ejemplo se haya vaciado de financiamiento y de política pública la ex Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación, está claro que el hilo conductor es el mismo.
Las políticas económicas tendieron a la destrucción de la industria nacional y a promover la importación de productos hechos en el exterior. Esto implicó que miles de trabajadores perdieran su trabajo y que bajaran los salarios, por lo que muchas personas pasaron a ser pobres. También, la dictadura pidió préstamos al exterior y como consecuencia aumentó la deuda externa del país, que en esos años creció enormemente. Al mismo tiempo, el Estado dejó de invertir en salud, educación y vivienda y esto empeoró las condiciones de vida de amplios sectores de la población.
En el ámbito social y cultural, la censura en la prensa, la prohibición de libros, canciones, obras de teatro y expresiones culturales contrarias al gobierno. Los medios de comunicación más importantes fueron cómplices del gobierno militar, apoyándolo a través de la propaganda y la manipulación de la información (en especial el Diario Clarín y el diario La Nación) ocultando los crímenes del terrorimo de estado, denunciados por los movimientos de Derechos Humanos, al calor del valor de las Madres de Plaza de Mayo y las Abuelas de Plaza de Mayo y el premio nóbel de la Paz, Adolfo Perez Esquivel.
Después de siete años de dictadura, un mundial de fútbol de por medio, la presión internacional, la demanda popular y el desgaste político del poder gobernante, el intento desesperado de sostener el poder por la locura de un general borracho que nos llevó a la guerra de Malvinas en 1982, derivaron en el llamado a elecciones nacionales.
El 10 de diciembre de 1983, asumió un presidente constitucional de Argentina y la Plaza de Mayo se llenó de pueblo, era la vuelta a la democracia. Hace más de 40 años que en la Argentina vivimos en democracia sin interrupciones, y esta se construye entre todos, y todos los días. Tenemos que cuidarla y defenderla porque dentro de la democracia se respetan nuestros derechos y hay mayores grados de justicia y libertad. Es importante construir una memoria reflexiva colectiva, pensar sobre estos aspectos es clave para comprender el presente, el IDRAF, reflexiona sobre estos aspectos y comparte con ustedes este texto, por la continuidad de la búsqueda de los hijos y los nietos, por memoria, verdad y justicia y el juzgamiento a todos los responsables.
En Memoria de: Juan Sokol, (asesinado durante una sesión de tortura en la alcaldía de Sáenz Peña), Raúl Eduardo Gómez Estigarribia y Carlos Píccoli, también asesinados (se encubrieron los crímenes con la figura del enfrentamiento) y de Carlos Héctor Orianski, Secundino Taco Vallejos y Armando Molinas (desapareciones forzadas), Ligas Agrarias Chaqueñas, y de los 30mil detenidos- desaparecidos.
IDRAF